Brevísima historia de la escritura. Digamos algo muy breve, a propósito de la la relación entre escritura e identidad, apoyados en el libro del lingüista de estudios clásicos Barry B. Powell, Writing: Theory and History of the Technology of Civilization (Cambridge University Press, 2012).
Se tiene registros del uso de símbolos o tokens geométricos desde el 9000 a. C. Pero desde el año mil (1000) a. C. es posible identificar tres casos particulares: a) la escritura en la cuenca del Mediterráneo (concretamente Egipto, Grecia y Medio Oriente); b) la escritura en China, y c) la escritura en Mesoamérica.
Para empezar, Powell despeja tres errores al hablar de escritura: a) La ilusión de que el propósito, origen y función de la escritura sea representar el habla; b) La suposición de que la escritura viene de las imágenes, y c) El malentendido de que la escritura evoluciona hacia el objetivo de una representación fonética del habla.
La escritura es una tecnología externa que requiere de una base material para exteriorizarse, mientras que el habla nunca es una tecnología, sino una aptitud esencialmente humana: basta nacer con lengua, garganta y cuerdas vocales. Powell identifica dos grandes tipos de escritura o sistema de símbolos:
1) Semasiografía: escritura en la que los signos no se adjuntan a formas necesarias del habla. Por ejemplo, la notación musical, la notación matemática y los iconos de computadora.
2) Lexigrafía: escritura en la que los signos se adjuntan a formas necesarias del habla. Hay dos tipos de escritura lexigráfica: a) Logografía: los signos representan palabras (pero no sonidos) o segmentos del discurso, sin seguir el mismo orden que las palabras en el habla. b) Fonografía: los signos representan sonidos, pero estos sonidos normalmente no son elementos significativos del habla. Y c) Escritura alfabética: los signos se convierten en letras, dispuestas en una secuencia lineal que corresponde a los sonidos del habla. Solo los antiguos griegos desarrollaron esta tecnología al dividir las vocales.
Desarrollo de la escritura en el Mediterráneo
Mientras la escritura alfabética griega representa tanto consonantes como vocales, las escrituras hebrea y árabe son abjads, un tipo específico de escritura fonográfica que representa principalmente o exclusivamente consonantes. Las tres vienen de Mesopotamia y se comparten la escritura cuneiforme o semítica de los fenicios. Sólo que si la escritura hebrea es un sistema de escritura abjad que se compone de 22 consonantes, con cinco de ellas teniendo formas finales que se usan al final de las palabras, la escritura árabe también es un abjad y consta de 28 letras que representan consonantes. Ambas escrituras se realizan de derecha a izquierda y, en ellas, importa mucho la caligrafía. Originalmente no hay en ella vocales.
En el alfabeto griego, cuyo uso ya es planetario (asegura la unidad de la cultura planetaria), fueron dos cosas las que originaron el cambio radical en la tecnología de la escritura para la reconstrucción de la voz humana a partir de símbolos gráficos, incluso si las palabras no se comprendían. En primer lugar, la división de los signos enteramente fonéticos del sistema semítico occidental, en el que todos los signos eran de una sola naturaleza. En segundo lugar, la rigurosa regla ortográfica, nunca violada, de que un signo del grupo más pequeño siempre debe acompañar a los signos del grupo más grande. Así, los cinco signos del pequeño grupo, que representaban una selección de cinco cualidades vocálicas (en latín vocal se dice vox=“voz”), eran pronunciables por sí mismos, mientras que los signos del segundo y mayor grupo, las “consonantes”, no eran pronunciables por sí mismos. Esta regla ortográfica creó inadvertidamente la ilusión de que la escritura existe para registrar el habla.
La primera inscripción hallada con signos alfabéricos es la llamada Copa de Néstor (720-700 a. C.), cuyo mensaje reza: “La Copa de Néstor era agradable de beber. Pero quien beba de esta copa quedará al punto dominado por el deseo de Afrodita, la de la hermosa corona”.
En todo caso, si se trata de reconocer a alguien, Powell reconoce a Homero como el primer inventor del alfabeto: el que dio con la posibilidad de convertir la voz humana en signos gráficos mediante vocales (a, e, i, o, u) para formar con las consonantes un sistema binario de intensa musicalidad y nemotecnia, transcribiendo en signos gráficos el sonido de los cantos hexámetros de la Ilíada y la Odisea
Desarrollo de la escritura en Mesoamérica
Los antiguos mesoamericanos probablemente practicaron la logografía. Aunque en 1572 el obispo Diego de Landa (1524-1579) ordenó quemar varios códices mayas, conservó otros y en su defensa escribió Relación de las cosas de Yucatán, en donde estableció el significado de algunos símbolos. Posteriormente, la investigadora rusa estadounidense Tatiana Proskouriakoff (1909-1985), al trabajar como arquitecta en la reconstrucción de varias ciudades mayas, publicó en 1960 Los orígenes de la escritura maya, estableciendo que las inscripciones más antiguas provenían del siglo 3 a. C. Recientemente, en 2006 se hallaron en la cuenca del Papaloapan, en el antiguo territorio olmeca y ahora veracruzano, inscripciones del 900 a. C., pero sin que ninguno indique un signo fonético.
Aunque la escritura maya no fue fonética, en su desciframiento parcial parece corresponder al dialecto Cholan. En cualquier caso, los modernos lingüistas identifican 31 lenguas vivas de origen maya y otras más que ya habían desaparecido para 1492. Semejante diversidad de dialectos contrasta con una escritura monolítica en cuyo desciframiento parcial se advierte el control de una élite sacerdotal sumamente cerrada, masoquista y llena de jactancia que idolatraba a los guerreros y los vinculaba con demonios cósmicos.
Desarrollo de la escritura china
Otra gran tradición es la escritura china. Aunque uno de cada cuatro seres humanos es chino y aunque que su escritura ha estado en uso continuo durante más de tres mil años, la mayoría de los chinos actuales leen un número limitado de caracteres. El repertorio completo de caracteres, en los diccionarios más grandes, llega a la increíble cifra de 50.000 signos, pero para leer el 90 por ciento de un periódico chino es necesario conocer unos 1.500 signos. Ahora bien, saber hablar “chino” y haber estudiado la escritura china no significa que se pueda pronunciar un texto escrito de corrido. Pues la escritura china es un sistema independiente del habla, cuyo uso se restringió a la élite de los mandarines.
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