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Ilustradas de Carine Brancowitz http://www.carinebrancowitz.com |
En 1990, en su libro Gender Trouble, la filósofa estadounidense Judith Butler cuestionó las identidades sexo-genéricas más allá del binarismo hombre-mujer. La palabra inglesa trouble, que podría traducirse como "perturbación" y como "desorden" o de plano como "subversión", viene del latín túrbidus, túrbido, en referencia a algo poco claro y difuso; también podría significar "una preocupación, un motivo de preocupación", "algo que causa problemas". Cierto. Nada causa tantos problemas y estrés que entenderse con el otro género. Las relaciones de pareja (no necesariamente binarias) son un caldo de problemas. ¿Encajamos o no encajamos?
Pero la identidad no se reduce a lo sexo-genérico (a ser hombre o mujer), sin antes pasar por el tamiz del lenguaje. Dado que las palabras no sólo describen el mundo, sino que también pueden ser acciones en sí mismas, en la filosofía pragmática o del lenguaje, como la desarrollada por John L. Austin, hablar es ya necesariamente un modo de obrar. Decir algo es hacer algo ("To say something is to do something"). Al hablar estamos realizando acciones mediante enunciados ("utterances"). Todos los enunciados de cualquier oración tienen un aspecto ejecutivo y pragmático.
Judith Butler se basó en la fenomenología lingüística de Austin para cuestionar las identidades sexo-genéricas más allá del binarismo hombre-mujer. En 1997, en Excitable Speech: A Politics of the Performative (caprichosamente traducido como Lenguaje, poder e identidad), Butler desarrolló mejor su idea de lo realizativo o performativo. Si la identidad se reduce a una función del lenguaje, es en el lenguaje en donde hay que aplicar las políticas de género. No debiera parecer extraño que, en virtud de las influyentes teorías de Butler y en virtud de la filosofía del lenguaje angloamericana, desde las universidades californianas se expandiera al resto del mundo una política del lenguaje inclusivo.
Preguntémonos hasta qué punto la teoría de Butler no desliza una suerte de policía lingüística. La política del lenguaje inclusivo supone que el modo en que hablamos y el lenguaje que usamos moldea nuestro entendimiento del género y de la sexualidad. Dado que la identidad sexual no es algo natural o dado, sino el resultado de prácticas discursivas y, más exactamente, de actos performativos, el género, en tanto signo antes que ente, es una designación que continuamente se ejecuta o se ensaya. Es un performance. Conviene explicar de dónde vienen estos términos.
Austin desarrolló su fenomenología lingüista a partir de 1955 ebn la Universidad de Harvard. Póstumamente, en 1962 sus alumnos recogieron sus lecciones en el libro How To Do Things With Words (Cómo hacer cosas con palabras). En la primera lección Austin es sumamente claro con lo que persigue. Persigue que el papel de un “enunciado” [de una construcción lógica] no sólo sea la de “describir” algún estado de cosas o la de “enunciar algún hecho”, con verdad o falsedad. Para él, hay enunciados que no “describen” o “registran” nada y que tampoco son “verdaderas o falsas”. Simplemente, el acto de expresar la oración implica ya realizar una acción, o parte de ella. Austin ofrece varios ejemplos:
.a) “Sí, juro (desempeñar el cargo con lealtad, honradez. etc.”), expresado en el curso de la ceremonia de asunción de un cargo.
E.b) “Bautizo este barco Queen Elizabeth”, expresado al romper la botella de champaña contra la proa.
E.c) “Lego mi reloj a mi hermano”, como cláusula de un testamento.
E.d) “Te apuesto cien pesos a que mañana va a llover”.
Ninguna de las expresiones mencionadas es verdadera o falsa. Al decir “¡Sí, juro!”, no estoy informando acerca de un juramento; lo estoy prestando. Austin llama a este tipo de oraciones oración realizativa o expresión realizativa o, para abreviar, “un realizativo”. La palabra “realizativo” es la traducción del inglés performative. Deriva, por supuesto, de “realizar” (to performance) e indica que emitir la expresión es realizar una acción y que ésta no se concibe normalmente como el mero decir algo. Finalmente, dado el fuerte uso de anglicismo, oración realizativa ya se dice tal cual oración performativa.
Así pues, cuando alguien declara que es homosexual, la declaración es el acto performativo [realizativo] no la homosexualidad. Según Butler, expresiones como “maricón” o “puto” son invocaciones ritualizadas que buscan alarmar, mantener a salvo la ley heterosexual del patriarcado. Si se aplicara la metodología de Austin, de que las palabras hacen cosas, podrían arrojarse resultado distintos. Tratemos de plantear esta metodología lingüística con perspectiva de género. Basada en el concepto de “speech acts” (actos de habla) y en las tres funciones establecidas por Austin, Judith Butler performancea lo siguiente:
Ilucotorio: el acto de decir algo, es decir, el acto que se realiza al emitir un enunciado. En el ámbito político, un ejemplo podría ser un legislador que dice: "Propongo esta ley para proteger los derechos de la comunidad LGBTQ". Aquí, el acto de proponer la ley es en sí mismo un acto ilocutorio que busca iniciar un cambio legal y social.
Locutorio: la función social de lo que es dicho. El acto locutorio se relaciona con el contenido literal del enunciado y su significado social. Un ejemplo en el contexto civil podría ser un juez que dice: "Los declaro unidos en matrimonio civil". Este enunciado no solo transmite la unión de dos personas, sino que también lleva consigo el peso social y legal de la institución del matrimonio.
Perlocutorio: el efecto de lo que es dicho sobre el/la oyente. Por ejemplo, en un contexto sexo-genérico, si una persona trans dice: "Mi nombre es Alex y uso pronombres él/ellos", esto puede tener el efecto perlocutorio de informar a los demás sobre cómo dirigirse a ella (que ahora es él) y reconocer su identidad de género.
Para Butler, el lenguaje de odio es ilocutorio (tiene una función social) y conduce al oyente a una posición de subordinación. Pero si bien el lenguaje de odio debe ser regulado por el Estado, en otras ocasiones conviene que ciertos individuos y colectivos se liberen de la injuria que cargan ciertas palabras o expresiones. Con las mismas palabras injuriosas se puede invertir la subordinación. Por ejemplo, "Estamos orgullos@s de ser maricones y “put@s”. Reapropiarse de esos códigos insultantes fortalece las identidades. A través de la lente de Butler, pues, conviene preguntarse si es posible la reapropiación del lenguaje de odio en términos de actos ilocutorios, locutorios y perlocutorios, mostrando cómo las palabras pueden tanto oprimir como empoderar.
Los performances de Butler no están muy lejos del teatro. Al suponer que todo depende de los actos de habla, de cambiar el orden de las palabras para cambiar el orden del mundo, Butler tiende a una identificación del factum y el fictum, del hecho y la ficción, y está identificación, a juicio de Scavino, es perfectamente metafísica. Para Scavino, Butler se enfrenta con un problema tan antiguo como la metafísica: si existe un sujeto libre o subversivo, este no podría ser ni cosa natural ni cosa artificial, sino algo entre los dos, algo que excede tanto la naturaleza como la cultura, eso que Butler llama trouble: esa perturbación, ese desorden, esa subversión que los romanos asimilaban precisamente a la turba.
Ahora bien, si es verdad que los performances de Butler no están lejos del teatro, conviene abrir otro post para comentar El grito de Antígona (en inglés, Antigone's Claim, 2000), un libro que Butler compuso entre 1998 y 1999 a partir de una serie de ponencias en varias universidades de Estados Unidos.
Fuentes consultadas:
Carranza Vera, Claudia / Castañeda García, Rafael (2016). Palabras de injuria y expresiones de disenso. El lenguaje licencioso en Iberoamérica. San Luis Potosí: El Colegio de San Luis, 2016.
Scavino, D. (2009). El señor, el amante y el poeta. Notas sobre la perennidad de la metafísica. Buenos Aires: Eterna Cadencia.
Suniga, N. (2016). "Actos de habla, iteración y poder. La teoría butleriana de la acción performativa". En IX Jornadas de Sociología de la UNLP, 5 al 7 de diciembre de 2016, Ensenada, Argentina. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.8811/ev.8811.pdf
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