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marzo 06, 2024

2da sesión: El principio de identidad desde la Lógica



   

1. El principio de identidad desde la Lógica


Al final de Descripción del ser humano, Blumenberg cita de Nietzsche la intempestiva Verdad y mentira en sentido extramoral, para preguntarse qué sabe el ser humano en realidad de sí mismo. ¿Acaso la naturaleza no le oculta lo qué es, incluso sobre su propio cuerpo, para hechizarlo y encerrarlo en una orgullosa conciencia ilusoria, lejos de las sinuosidades intestinas, del rápido fluir de los torrentes de sangre, de la compleja trama de fibras nerviosas? 


En 1873, en un periodo de muchísimos cambios científico-técnicos, el filósofo Nietzsche sentenció que el intelecto, como medio de conservación del individuo humano, desarrolla todas sus fuerzas en la ficción. Pues bien, el principal medio del intelecto –o de la ficción– es la Lógica. Pues la lógica, como veremos, es un órganon, un instrumento del conocer. 


La lógica es la disciplina que se encarga de resolver un problema. Para resolver el problema de la identidad, por ejemplo, lo primero es plantear y ver conexiones entre un ser y otro o entre un objeto y otro, ya que dos personas o cosas en el universo no pueden ser absolutamente iguales. El problema de la identidad puede resolverse o plantearse mediante la lógica porque, en el fondo, se trata de un problema de orden lógico-gramatical y tiene que ver con el impacto de la escritura. Volveremos a ello más adelante. Por lo pronto, tengamos en cuenta los tres principios lógicos formulados por Aristóteles dos o tres siglos antes de Cristo, tanto en su Órganon como en su Metafísica (que en realidad debería haberse llamada Ontología, es decir, estudio del ser o de la identidad):
 
a) El principio de identidad, o lo que es lo mismo: A = A. Un ejemplo: ¿soy en verdad el mismo que cuando niño, o solo una continuidad de aquel niño? Puesto en término de identidad nacional, el principio de identidad rezaría: “si empiezas tu argumentación considerando que eres mexicano (A), no lo olvides en el camino”; o, mejor: “si empiezas tu argumentación considerando que eres mexicano (A), y encuentras en el camino que tu identidad no es la mexicana (A), entonces tienes otro comienzo”. 

b) El principio de no contradicción: «Nada puede ser y no ser simultáneamente».  O, dicho de otro modo, la imposibilidad de que sean verdaderos, a la par, dos juicios si uno de ellos afirma lo que el otro niega. Si decimos A es A, y al mismo decimos A no es A, uno de los dos juicios es necesariamente falso. 

c) El principio de tercero excluido: no existe una tercera posibilidad. O alguien está vivo o está muerto.  

En los últimos doscientos años ha habido grandes revoluciones en el pensamiento lógico para perfeccionar –y a veces abandonar– estos tres principios aristotélicos. En dos obras, The Mathematical Analysis of Logic (1847) y en An Investigation of the Laws of Thought (1854), el inglés George Boole fundó las bases del pensamiento binario. Se trata de una álgebra lógica que sacrifica todos los números, con sus posiciones de valor, a favor de las decisiones binarias. Sus símbolos no tienen valores aritméticos, sino lógicos y estratégicos, lo que permitió más tarde las simulaciones por computadora. Boole fusionó la aritmética con la lógica, o lo que es lo mismo los números con las letras creando así una lógica alfanumérica basada en tres símbolos:

a) Símbolos literales: lo que en inglés es AND [y], OR [o] y NOT [no], que representan objetos de nuestras concepciones y que pueden tomar dos valores: 0 (falso) 1 (verdadero). O lo que es lo mismo 0 (ausencia) y 1 (presencia). 

b) Signos de operación: tales como el +, el —, el X, mediante los cuales los signos literales son combinados en afirmaciones significativas. Por ejemplo, la suma (OR) y el producto (AND) permiten combinar los símbolos literales en afirmaciones significativas. La operación AND es una operación binaria y se representa así:
a b y = a · b
0 0 0
0 1 0
1 0 0
1 1 1

Esta tabla muestra que el resultado de la operación "AND" solo es verdadero (1) cuando ambos operandos son verdaderos (1). Si alguno de los operandos es falso (0), el resultado será falso (0). 

c) El signo de identidad: = es la relación fundamental para la posterior creación de circuitos eléctricos y sistemas de automatización.  


Esta lógica de tres valores constituyó una alternativa de gran utilidad para la mecánica cuántica y para el desarrollo de la máquina universal de Turing, esto es, de la computadora, lo mismo que para el pensamiento estructuralista-antropológico de Lévy-Stauss: 

a) Lo verdadero: 1 [SÍ]. 
b) Lo falso: 0 [NO]. 
c) Lo posible: 1 / 2. [ENTONCES-ENTER]. 
 

a) X es idéntico a Y.
b) X es el mismo "A" que Y.
c) "A" es lo que resulta del contexto). 

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